Sus palabras fueron: “Gracias a Dios, al coraje, las agallas y el corazón. Cuando pones a Dios de centro, SE PUEDE. Tomé un proyecto que no les niego, me llegó a dar miedo por lo esbaratado que estaba, pero siempre quise adquirir el local. Fueron lágrimas y mucho sacrificio, llevo 1 año dándolo todo aquí. Gracias a Marilyn Diaz mi madre quien me apoyó y me sigue apoyando. La que comenzó todo este revolú conmigo y sigue estando ahí. Gracias mamá, te amo. Gracias a todos ustedes, porque sin ustedes “mis clientes” nada de esto fuera posible. Gracias a todos los que me brindan su gran apoyo.